sábado, 7 de noviembre de 2015

Soy cubano que escribe en el mundo norteamericano

Por Roberto Ruiz Rebo

Cuando terminé de leer la novela “Operación Serpiente” de Julio Benítez hace apenas varias semanas, me quedaron algunas interrogantes sobre la obra y sobre el quehacer del escritor. Por esa razón, prepare algunas preguntas que le envié al también amigo para salir de las dudas. Las repuestas no tardaron y por lo interesante, me gustaría hacerlas públicas. He aquí el resultado de nuestro intercambio

RR: He leído algunos apuntes que señalan tu obra Operación Serpiente como una novela cubana. En mi opinión, la afirmación no es convincente, pues en tu novela se conjugan elementos del lenguaje, costumbres y elementos culturales entre otros aspectos, de los diferentes escenarios geográficos donde se desarrolla la trama. Concuerda tu visión de la obra con el primer criterio?

JB: Yo me considero un autor cubano que actualmente escribe en el mundo norteamericano y que pretende romper las barreras. Yo creo que mi novela es como tú dices una conjugación de factores que trasciende lo cubano, en sí. Como en muchas que he escrito, soy multicultural, un escritor hispano de los Estados Unidos, con raíces cubanas.


RR:‘Operación Serpiente” escapa de ser una aventura de espionaje sin dejar de ser entretenida, pero se convierte, en mi opinión, en un prospecto de indagación cultural de la psicología y personalidad de un tipo determinado de estadounidense, que no solo pudiese ser de influencia latina, sino con posibilidades de encajar dentro de otras latitudes. Tuvo eso algo que ver con la selección de los personajes que intervienen en la trama?

JB: No fue mi intención inicial, pero cuando me fui metiendo en la trama de Harry González y sus raíces, sus prejuicios, sus méritos como norteamericano de orígenes varios, necesitaba desarrollar más el personaje y por eso traté de que fuera un fenómeno de caracterización de personajes, más allá del simple yanqui arrogante, avergonzado de sus raíces latinas y que encuentra su propia identidad en la medida que avanza la novela. Y por supuesto, esto pudieras verse en un sentido universal. Pero no fue mi intención inicial. Fue un proceso creativo que me tomó años.

RR: Sería difícil y agotador enunciar los nombres de muchos de los escritores cubanos que han surgido y han desarrollado su obra fuera del país en los últimos 50 anos. Aunque comenzaste tu labor literaria en Cuba, creo que hay una diferencia entre lo que se produce dentro de la isla y lo que muchos han estado haciendo como en tu caso. De qué lado colocarías tu quehacer, que ves de coincidente y donde están los desencuentros?

JB: Yo no creo que tenga mucho que ver con lo que se hace en Cuba, salvo alguna que otra narración sobre el tema cubano. Eso lo enfoqué más en La Reunión de Los dioses, en mi opinión, mi mejor novela. Pero la realidad es que yo comencé a vivir de nuevo acá. Lejos de mis temores, de mis influencias. Veo mucho cine. Leo autores contemporáneos no cubanos principalmente y con la excepción de Padura o el autor de Una trilogía sucia en la Habana, vivo ajeno a lo que se produce por allá. Es cierto que en Cuba comencé pero hay como un camino recorrido que me distancia, un poco de todo lo puramente cubano.


RR: En Cuba se insistió mucho sobre el papel comprometido del escritor. Sigues pensando que el creador debe responder a una ideología determinada o debe ser un inquieto escrutador de la realidad en que vive?

No me parece. Es decisión personal de cada cual. Pero la literatura no debe ser esclava de conveniencias políticas o ideológicas. Eso puede dañar el producto final y se puede perder la perspectiva como “inquieto escrutador de la realidad como dices” Aun así, sé que no estoy libre de ese pecado en el que determinada posición pudiera afectar algunos de mis escritos. Pero más que convencer, o cambiar el mundo me interesa hurgar en lo que me llama la atención, en lo que me duele o me alegra.

RR: De ser factible, pudieras hablar de una relación entre lectores de tu novela y tu como escritor. Cuál es tu publico aquí en los Estados Unidos y como ha reaccionado después de leer Operación Serpiente?


El público que conozco es limitado como es limitado la difusión de las obras que se hacen por auto publicación. He visto opiniones muy favorables. Me han señalado la visualización de las escenas al estilo cinematográfico y la búsqueda de la identidad en los personajes aun cuando es una novela de espionaje. Traté de no demeritar al contrario, que éste fuera una persona que creía en lo que hacía. E igualmente lo es en el caso de Harry González que es el narrador principal y un hombre complejo que también cree en sus propias ideas y tiene sus propios fantasmas. Sé que se han vendido varios libros por diferentes vías y siempre que he tenido una opinión ha sido positiva. Por lo demás, ya te dije. Algunos creen que  con la debida difusión y publicación se convertiría en un bestseller. Pero hasta ahora, eso está solo en mis sueños.

lunes, 2 de noviembre de 2015

JULIO BENITEZ: ENTRE EL ORGULLO Y LA CURIOSIDAD

Por Roberto Ruiz Rebo

Confieso que me he acercado a la obra del escritor Julio Benítez  por orgullo y curiosidad. Orgullo, porque el autor de “Operación Serpiente” es un gran amigo desde tiempos mozos, un activo opositor al gobierno en una etapa en que eran muy pocos quienes  se atrevían a disentir en Cuba de manera abierta.

Mi curiosidad estaba asentada en observar el desempeño de alguien como  “el Gordo Benítez” en un tema que había sido tocado en mi país por escritores con una memorándum político fijado desde el buró de una oficina y que no cuajó de manera definitiva hasta que un Leonardo Padura abandonara aquella agenda.

Lo cierto es que entre las obras de Benítez, escogí su “Operación Serpiente” para mis vacaciones en México y a pesar de las disimiles ocupaciones de entretenimiento que me dedique, pude disfrutar de manera placentera de  una pieza literaria que además de ser una excelente obra de aventuras y espionaje sobrepasa lo meramente  episódico para convertirse en una auténtica indagación sobre la personalidad de un arquetipo de estadounidense con raíces latinoamericanas y caribeñas. Tal es el caso de su personaje principal Harry González, investigador de la policía de Glendale en Los Ángeles.


Pienso que la primera virtud que tiene “Operación Serpiente” es la de mostrarnos personajes como González, convincentes por la manera en que proyectan su accionar dentro de la trama. No aparecen aquí los superhéroes, ni los súper-policías, ni tampoco los contrarios súper-habilidosos o súper-tontos, y en ese sentido la novela es armónica, incluso cuando nos muestra un personaje simbólico como el de Cachigua, síntesis de las mezclas hispano latinas dentro de la sociedad estadounidense.
Otro de los logros de la narración de Julio Benítez es el desarrollo de una trama compleja que se va armando como un gran rompecabezas en un viaje que arranca desde Glendale pasando por México y varios sitios de Cuba. En ese caso llama la atención como se integran a la narración y a la trama temas y giros lingüísticos locales, así como panoramas urbanos y semiurbanos diversos que le dan colorido y variedad a la obra.

Publicada por la editorial Palibros hace apenas un par de años, la obra de Julio Benítez ha pasado desapercibida para los lectores de novelas de espionaje pese a sus excelentes virtudes de convertirse en una obra leída y comentada por el gran público. Creo que además de faltarle un mejor diseño, también está necesitada de una publicidad mayor.


Con esos elementos, de seguro ganaría un público importante.  Por sus dotes dramáticos, la complejidad del drama y la intriga, así como sus colores, “Operación Serpiente” pudiera ser un excelente filme de aventuras, solo falta que alguien con la posibilidad de producirlo, lo descubra un día. Yo no lo descarto.