lunes, 2 de noviembre de 2015

JULIO BENITEZ: ENTRE EL ORGULLO Y LA CURIOSIDAD

Por Roberto Ruiz Rebo

Confieso que me he acercado a la obra del escritor Julio Benítez  por orgullo y curiosidad. Orgullo, porque el autor de “Operación Serpiente” es un gran amigo desde tiempos mozos, un activo opositor al gobierno en una etapa en que eran muy pocos quienes  se atrevían a disentir en Cuba de manera abierta.

Mi curiosidad estaba asentada en observar el desempeño de alguien como  “el Gordo Benítez” en un tema que había sido tocado en mi país por escritores con una memorándum político fijado desde el buró de una oficina y que no cuajó de manera definitiva hasta que un Leonardo Padura abandonara aquella agenda.

Lo cierto es que entre las obras de Benítez, escogí su “Operación Serpiente” para mis vacaciones en México y a pesar de las disimiles ocupaciones de entretenimiento que me dedique, pude disfrutar de manera placentera de  una pieza literaria que además de ser una excelente obra de aventuras y espionaje sobrepasa lo meramente  episódico para convertirse en una auténtica indagación sobre la personalidad de un arquetipo de estadounidense con raíces latinoamericanas y caribeñas. Tal es el caso de su personaje principal Harry González, investigador de la policía de Glendale en Los Ángeles.


Pienso que la primera virtud que tiene “Operación Serpiente” es la de mostrarnos personajes como González, convincentes por la manera en que proyectan su accionar dentro de la trama. No aparecen aquí los superhéroes, ni los súper-policías, ni tampoco los contrarios súper-habilidosos o súper-tontos, y en ese sentido la novela es armónica, incluso cuando nos muestra un personaje simbólico como el de Cachigua, síntesis de las mezclas hispano latinas dentro de la sociedad estadounidense.
Otro de los logros de la narración de Julio Benítez es el desarrollo de una trama compleja que se va armando como un gran rompecabezas en un viaje que arranca desde Glendale pasando por México y varios sitios de Cuba. En ese caso llama la atención como se integran a la narración y a la trama temas y giros lingüísticos locales, así como panoramas urbanos y semiurbanos diversos que le dan colorido y variedad a la obra.

Publicada por la editorial Palibros hace apenas un par de años, la obra de Julio Benítez ha pasado desapercibida para los lectores de novelas de espionaje pese a sus excelentes virtudes de convertirse en una obra leída y comentada por el gran público. Creo que además de faltarle un mejor diseño, también está necesitada de una publicidad mayor.


Con esos elementos, de seguro ganaría un público importante.  Por sus dotes dramáticos, la complejidad del drama y la intriga, así como sus colores, “Operación Serpiente” pudiera ser un excelente filme de aventuras, solo falta que alguien con la posibilidad de producirlo, lo descubra un día. Yo no lo descarto.

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